El volumen básico del edificio se ajusta a través del vaciado de alguna de sus partes, tanto interior como externamente. Interiormente, con un gran patio-atrio que recorre el edificio en toda su altura para vincular espacialmente las oficinas con los accesos que están situados sobre un balcón-mirador.

Exteriormente, con un decalado del edificio en las plantas segunda y tercera que, girando alternativamente sobre las fachadas más largas, rompen la monotonía que resultaría si se mantuviese un volumen constante de 64m de largo. Con este vaciado, las oficinas situadas en la segunda planta se abren a terrazas ajardinadas.

Se accede a través de una avenida ajardinada, que contiene tanto los accesos de personas como de vehículos.

El vestíbulo es en realidad todo el atrio central del edificio. A través suyo, entran en relación tanto los accesos verticales como los horizontales de distribución de las plantas.