Este edificio de 19 viviendas está situado en un esquina a dos calles de diferente ancho, hecho que obligaba a la aplicación de dos alturas reguladoras diferentes para un mismo edificio. A través de un Plan de Mejora Urbana se ajustaron los parámetros de la edificación, fijándose una altura de Pb+5 a la totalidad del edificio.

A partir de este volumen general se efectuó una redefinición del perímetro exterior del edificio, retranqueando la edificación en la esquina a nivel de las plantas cuarta y quinta y proyectándose una serie de cuerpos volados, para conseguir una mejor articulación entre este nuevo edificio y los vecinos.

Esta forma de modela el edificio se extiende a la totalidad de los paramentos, desde las tribunas que dan a Travessera de Gràcia hasta las terrazas retrasadas situadas en la zona de contacto con la edificación vecina de la calle Joaquim Ruyra, donde el plano de cerramiento de fachada se retira respecto el límite del solar para conseguir compensar visualmente la estrechez de la calle.